
Aún hay muchas personas que cuando tienen que decidir qué tipo de superficie recubrirá el suelo de sus instalaciones, interiores o exteriores, piensan en el microcemento, o ¿es el cemento pulido? Si aún no sabes qué diferencias hay entre el microcemento y el cemento pulido, lee este post, solo te llevará unos minutos y será muy útil.
El cemento pulido o cemento alisado, o el hormigón, son algunos de los nombres que hacen referencia a este tipo de suelo. Se trata de una capa de cemento que, en lugar de estar 100% fraguado, se ha alisado antes para lograr el resultado, su estética final.
Es un material muy sucio a la hora de instalarlo, el propio hormigón genera marcas de la propia humedad. Además, necesita de espesores bastante altos.
Su estética está más relacionada con su instalación en parking o zonas similares, pero no es la mejor opción en lugares interiores, entre otras cosas, por las opciones que su acabado da: liso o pulido y estampados.
Por su parte, el microcemento nace como solución a los inconvenientes que presenta el cemento pulido. Se compone de pigmentos y aditivos que dan una mayor calidad a sus acabados, su espesor es más reducido y su instalación es mucho más simple, no necesita de obra, y tampoco hay que levantar el suelo antiguo. No hay juntas de dilatación y puede ser aplicado en cualquier superficie, suelos, paredes y hasta muebles.
Te dará una infinidad de estilos y posibilidades y será muy, muy, muy duradero.